Eighties, i have to push, i have to struggle
Eighties, get out of my way, i'm not for sale no more
Kiling Joke-Eigthis
El transcurso de la década de los ochentas fue un periodo obscuro donde el punk rock se sumergió en el fondo del underground, pasando muy desapercibido por aquellos que trataban de narrar la historia del rock. Fue una época de transición en la cual un gran número de bandas definieron géneros distintos que transformarían por completo el Rock hasta nuestros días. Es difícil consensar un inicio, sin embargo es el sonido subterráneo de los años 80 un registro notable de un cultivo entre distintos géneros que se entremezclaron y contrastaron de manera paradójica hacia una contracultura ya establecida en los 60s y 70s. Un contexto de bandas independientes con sonidos opuestos a las melodías dominantes, una identidad que destruía la moda y una filosofía que transportaba lo básico a la actitud musical.
Una pequeña muestra representativa de éste periodo podría ser: Sonic Youth, Hüsker dü, Pixies, Lemonheads, Scratch acid, Black flag, Big Black, Fugazi, the Replacements, Dead Kenedys, Green River, Malfunkshun, The Cramps, The Germs, X, The Gun Club, Butthole surfers, Melvins, Red Kross, Dinosaur Jr. (entre muchas otras). Son bandas que sin intención alguna delinearon el sonido alternativo y transformaron por completo la forma de sonar. Pareciera que el rock subterráneo de dicha década tocó las puertas de la complejidad, el universo lírico pasó al multiverso, la antítesis musical perdida entre el significado y la definición quedó relegada fuera de los parámetros de la interpretación. Por eso hablamos de implosión y no de explosión, algo que condujo al rock a un espacio de difícil descripción. Pero ¿cómo poder acercarse a demostrar esa concepción de los 80s?
El año de 1991 representó una fecha caducidad mercantil para la mayoría de bandas de rock comercial, fue exactamente el punto de bifurcación donde la escena underground de los ochentas llegaría a las masas. Antes de que dicho acontecimiento ocurriera, el semi-documental “1991: the year of punk broke” dirigido por David Markey enmarca la cumbre del sonido subterráneo.
Dentro del material el cineasta se embauca en el verano de 1991 en una gira por Europa con Sonic Youth, donde resaltan escenarios importantes como el concierto del Festival de Reading del 23 de agosto que incluye bandas como Babys in toyland, Nirvana y Dinosaur Jr. En la gira queda en manifiesto la actitud de los grupos frente a los medios, su convivencia efímera ante actuaciones improvisadas entre resacas, cansancios y alcaloides ingeridos; pero sobre todo se aprecia el desinterés por mostrarse protagonistas de una historia que hasta ese momento no presentaba trama o guión alguno. Recordemos que el disco Nevermind fue lanzado en septiembre de 1991 por lo cual se logra identificar dentro del film el último vestigio del circuito de rock no comercial a través de un conjunto de bandas que no consideraban ser los partícipes principales del mercado.
Dentro del material el cineasta se embauca en el verano de 1991 en una gira por Europa con Sonic Youth, donde resaltan escenarios importantes como el concierto del Festival de Reading del 23 de agosto que incluye bandas como Babys in toyland, Nirvana y Dinosaur Jr. En la gira queda en manifiesto la actitud de los grupos frente a los medios, su convivencia efímera ante actuaciones improvisadas entre resacas, cansancios y alcaloides ingeridos; pero sobre todo se aprecia el desinterés por mostrarse protagonistas de una historia que hasta ese momento no presentaba trama o guión alguno. Recordemos que el disco Nevermind fue lanzado en septiembre de 1991 por lo cual se logra identificar dentro del film el último vestigio del circuito de rock no comercial a través de un conjunto de bandas que no consideraban ser los partícipes principales del mercado.
El film abre a manera de introducción con una incoherente plegaria canción surrealista en forma de rap interpretada por Thurston Moore. Dentro de su improvisación el vocalista de Sonic Youth pareciera predecir o explicar en ciertos fragmentos la razón por la cual están éstas bandas tocando al máximo ante condiciones precarias en algunos casos, pero aún así sin frenarse en el camino:
“…un baile por todos los muertos que dicen: hey no olvides que somos los que generamos el sudor en la tierra… baila y muere”
Dentro de la hora y media de duración, la idiosincrasia que revelan los miembros de los grupos ante medios de comunicación locales e internacionales, siempre es de una apatía por mostrar el más mínimo detalle de importancia y autoestima, lo único significativo para ellos es tocar y dejarlo todo en el escenario a través de actos iconoclastas que sustituyen la parafernalia de los grandes estadios. En medio de una actuación, justo antes de tocar el tema Teenage Riot, Kim Gordon le grita al público:
“… ¿sabían que el punk rock estalló finalmente en 1991?…”
Como una catarsis dentro de la cúspide del rock subterráneo, previo a que Teen Spirit aturdiera y amargara a su público, Sonic Youth interpretó su motín adolescente como el verdadero preámbulo de una nueva generación, una identidad colectiva cansada de los clichés comerciales y de la pretensión mercantilista del arte. En ella vieron un cúmulo de bandas disonantes que no eran reproducidas de manera lineal, sino que cada una interpretaba de forma distinta su realidad y aún así pertenecían a la misma tribu de agrupaciones. Se plasma una gira por Europa donde existe un público que reconoce y admira el sonido alternativo, región del mundo donde décadas anteriores los jóvenes habían rescatado al blues de la impureza y habían alabado el punk de los Ramones, y que también en 1991 le daba cobijo a todas las bandas que de manera independiente iban contracorriente en América.
Los ochentas a nivel subterráneo fue la semilla del rock posterior, de todos los sonidos que inundaron los noventas y el presente siglo, con sus interminables categorías para poder clasificarlo. Realmente el underground alternativo de los ochentas finalizó en septiembre de 1991, y aún le llamaban punk…
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