Por Hugo César:
Continuando con nuestro trabajo etílico antropológico sobre la nueva escena emergente, el equipo editorial de Coyote de Fuego asistió el pasado 6 de enero a la tocada “Stoner Rock Hmo” en la histórica colonia del PaloVerde, a un costado de la fractura geográfica que divide a la llamada ciudad del sol. Dentro del relieve ancestral, entre escurrimientos obstruidos por la mancha urbana, nos encontrábamos justo en una planicie con depósitos eólicos que un tiempo vio nacer tocadas memorables y bandas punks en Hermosillo. Ahora la escena emergente se trasladaría de norte a sur, sin importar el espacio-tiempo que enarbola las escusas existenciales de aquellos que sufren el actual síndrome de abstinencia de rock.
Continuando con nuestro trabajo etílico antropológico sobre la nueva escena emergente, el equipo editorial de Coyote de Fuego asistió el pasado 6 de enero a la tocada “Stoner Rock Hmo” en la histórica colonia del PaloVerde, a un costado de la fractura geográfica que divide a la llamada ciudad del sol. Dentro del relieve ancestral, entre escurrimientos obstruidos por la mancha urbana, nos encontrábamos justo en una planicie con depósitos eólicos que un tiempo vio nacer tocadas memorables y bandas punks en Hermosillo. Ahora la escena emergente se trasladaría de norte a sur, sin importar el espacio-tiempo que enarbola las escusas existenciales de aquellos que sufren el actual síndrome de abstinencia de rock.
Dentro de un domicilio
particular, similar a una especie de jardín botánico, las bandas Señor Kino, Killing Vectors, $LAVE$ y
Trance compartieron su sonido y fueron rodeadas por su público, el cual
respondió desde muy temprano a cada uno de los temas envueltos en luces
cósmicas, espíritus arcaicos de brujas y sueños sumergidos por el concreto. Una
tumba de lamentos regulada por el zanqueo de una generación en ebullición, víctimas
de una realidad posmoderna que devuelve a los jóvenes el poder de convocatoria
y el sudor de ideales en una nueva concepción.
Aun cuando la tocada tuvo
variantes de géneros en los que resaltaron el surf sicodélico, el garage, hard
rock y noise punk; la magia del lugar
nos teletransportó a la esencia del Stoner con un público entregado de
principio a fin a sus bandas, danzando entre riffs desérticos y letras
viscerales. Fue en ese lugar donde establecimos el contacto con las bandas
Killing Vectors y Slaves, los cuales, a través de nuestro muestreo aleatorio emborrachado,
respondieron en días posteriores a nuestras preguntas.
Killing Vectors
De acuerdo a la percepción de la
banda, el nombre Killing Vectors responde a “la cantidad que aparece en la
teoría general de la relatividad: Killing es el apellido del responsable
(Wilhem Killing) y Vectors es simplemente vectores”. Lo anterior como
muestra representativa del perfil de sus integrantes (estudiantes de física)
adictos a la ciencia natural que se encarga del estudio de la energía, la
materia, el tiempo y el espacio. Con un antecedente de rock local que los
relaciona con la extinta banda local Sapiens
Demens, el grupo comenzó en agosto del 2016 con Jorge Luis Duarte
(batería), Alan Aganza (bajo) y Oscar Sanders (guitarra). Su sonido lo ubican
dentro de los géneros Stoner, Doom, Occult y Hard Heavy Rock, aunque ellos lo
llamen simplemente Surf Oscuro o Black Surf.
Sus influencias más confesables
se dirigen a gustos por Kadavar, Kyuss, Black Sabbath, Pentagram, Fu Manchu,
Brant Bjork, Night Sun y Electric Wizard, entre algunas otros. Se consideran
una banda emergente que se está integrando a la escena de rock local y esperan
próximamente grabar un álbum y un EP de Black Surf. Más allá de la
clasificación de su género, Killing vectors responde a todo un fenómeno global
de bandas que retoman el Rock Stoner y lo fusionan con variantes de otros
estilos, su sonido denso muestra la evolución de sus integrantes dentro de un
contexto que retoma al rock desértico como punto de referencia de su
creatividad.
$LAVE$
Por otro lado, la banda $LAVE$ decide el nombre como un
adjetivo de una cosmovisión en sometimiento ante el sistema monetario
internacional, una transición de la vida atrapada en el homo-economicus. “Es algo innegable y nos perseguirá hasta la
tumba. Es lo único que odiamos, pero no podemos dejar de buscar”. La banda
se crea en julio de 2015 y se compone de los integrantes: Necro$anto (vocales),
I$himura (bajo), Ugly Mane 0$ (teclados/beats electrónicos), Sevink (batería),
Donaldo Plata (guitarra). Se relacionan con bandas locales anteriores como El día de la marmota (Sevink y
Donaldo), Chaos brings order
(negrosanto).
Su sonido en un principio
caracterizado por el punk y el rap, los conllevó enfocarse más hacia el punk y
sintetizarlo a partir de noise, harcore y otros subgéneros. Sus influencias
podrían ser como lo mencionan grupos de la talla de Black flag, Code orange,
H09909, Deftones, Moenia y the HKBO. Sin embargo, también mencionan a bandas de
noise como MachineGirl o NAHstuff.
En general la banda alterna de
manera solidaria con bandas como Trance, Señor Kino, Bonsai Babies, o la extinta
banda El día de la marmota. Han sido teloneros de bandas/artistas del circuito
de Dani Shivers de Tijuana, MachineGirl de NY, así como de HKBO. Entre sus
expectativas a futuro se encuentra un nihilismo desahuciado dentro de su
imaginario colectivo, o como bien lo mencionan, simplemente gustan de hacer
música y participar en lo que llaman la nueva cara del punk, con un perfil más técnico
y no tan minimalista. Esperan pronto grabar un EP para poder compartir su
sonido caótico e hipocondriaco. Salud por todos ellos….
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