lunes, 10 de octubre de 2016

Entrevista a Playboy Manbaby, rabia adolescente desde el desierto de Arizona…

“I don’t got time to work at minimum wage 
I got a lifetime of adolescent rage 
and anger is the only kind of passion that 
I try to hide from people at the laundromat
I don’t need to listen to the voices in my head 
I wanna kill the people on my television set”
Mermaid Pterodactyl-Playboy Manbaby

Por Hugo César:

El desierto como vacío abundante de una simple impresión, comprende un hábitat de especies ocultas y una panorámica de paisajes en riesgo de erosión. Algunas descripciones reflejan complejidades más nihilistas que biológicas, “el desierto crece” diría Nietzsche “¡ay de aquel que dentro de sí cobija desiertos!”. Otras concepciones, como la de David Benioff, lo expresa como un exilio de nuestra especie, un lugar de prófugos de la condición humana. En el noroeste de México (Sonora) y el suroeste de EU (Arizona), el desierto alberga dos territorialidades complejas; la aridez rompe el límite de la fisura política-geográfica, un espacio delimitado por la música donde han transitado bandas punks que comparten su único recurso escaso ante la exigua precipitación, cactáceas columnares y almas disecadas por el sol. 

Hablar de ese ente musical compartido entre dos regiones fronterizas es remontarnos a principios de los noventas, cuando Malignus Youth, banda oriunda de Sierra Vista Arizona visitó la capital de Sonora en el verano de 1992, su caótico sonido sónico influenció a toda una escena local ansiosa de estallar en una resonancia que representara el espejismo árido y su radiación. Seis años después, en el invierno de 1998, la banda Weird Love Makers provenientes de Tucson Arizona, visitaron Hermosillo para contagiar a una escena más alternativa a través de un sonido punk acelerado e iconoclasta, un estilo que se plasmaría en una extensa producción de discos compilatorios, sencillos y álbumes oficiales. Fue a través de eventos como estos que existió una comunidad de bandas hardcore-punk entre Arizona y Sonora, una utopía transfronteriza y una escena de rock cada vez más endémica. 

A pesar que, en los últimos años, los estragos de la posmodernidad parecían extinguir ese desierto compartido en las décadas anteriores, el pasado incendiario verano del 2016, la banda Playboy Manbaby originaria de Phoenix AZ visitó Hermosillo. En su presentación, la banda compartió un género derivado del punk regional de Arizona, pero entremezclado con sonidos enérgicos como el funk y el rock fusión, una fórmula emergida de sus raíces musicales y del college town de donde provienen (Tempe AZ). Su intensa ejecución musical a través de la entrega de cada uno de sus integrantes explotó en cada canción, sin importar el padecimiento físico o la inevitable insolación. Los minutos transcurrieron y Plaboy Manbaby transgredió la llanura aluvial desértica para inocular a sus escuchas con sus armonías estridentes y su estilo antagónico.

Una vez más, una banda independiente nos demuestra que la esencia del rock no sucede en los grandes escenarios, sino en los pequeños rincones donde transpiran los sentidos, una simplificación de la realidad más amena, lejos de la parafernalia publicitaria y su alucinación comercial. Fue unos minutos antes de que comenzara su vehemente tocada donde los integrantes de Máquina 501 tuvieron la oportunidad de platicar con ellos.

M501: ¿Cómo definen su sonido, el estilo de PlayBoy Manbaby?
PBMB: Es una mezcla de varias cosas, un poco de punk, un poco de funk, hemos escuchado varios estilos y lo hemos sintetizado como Wird art punk funk music. Creo que de punk escuchamos muchas bandas de los ochentas, como Dead Kenedys pero después también nos influenciamos por bandas como Talking Heads y muchas otras.

M501: La escena Rock and Roll o Punk Rock, ¿cómo es en Phoenix Arizona?
PBMB: La escena local es bastante buena, mucha gente no espera grandes conciertos o que sea como en las grandes ciudades como en Los Ángeles o en New York, hay muchas bandas tocando y la gente responde. Hay muchos lugares buenos para tocar, solo que Phoenix es una ciudad muy estricta y muchos de estos lugares cierran, pero al mismo tiempo se abren otros. Tenemos una gran audiencia, ahora nos escuchan muchos jóvenes que se vuelven locos en los shows y eso realmente nos gusta.    

M501: Descríbanos un poco el sonido de cada Álbum de PlayBoy ManBaby
PBMB: Tenemos un par de grabaciones tempranas que no contamos, pero realmente el primero que contamos es Bummeritaville es una grabación más punk, como una grabación garage. Y lo que grabamos en Electric Babyman pusimos un poco de weird punk y más funk. En el próximo álbum a realizar haremos cosas más diferentes. A medida que más tocamos, más estilos distintos adoptamos, es algo divertido hacerlo.

M501: ¿Cuántas veces han tocado en México?
PBMB: Esta es nuestra segunda ocasión, solo hemos tocado las dos veces en Hermosillo. Realmente nos ha encantado la ciudad de Hermosillo, las personas nos han tratado muy bien, ha sido muy divertido venir aquí. También quisiéramos tocar en la Ciudad de México o en Guadalajara ya que tenemos amigos que viven allá.

M501: ¿Qué opinan de la escena musical subterránea o independiente de EU?
PBMB: Ha cambiado mucho, ahora hay más band
as con más estilos y distintas formas de escucharlos. Ahora existe una audiencia amplia para esos géneros y que aprecian los sellos discográficos pequeños e independientes. Pero al mismo tiempo hay muchas bandas que aparecen y desaparecen muy rápido porque es un poco duro el salir de tour y manejarse dentro de esta escena.

M501: Han sacado sus grabaciones en formato de casetes, ¿qué nos pueden decir al respecto?
PBMB: Es algo que han estado haciendo varias bandas de la escena independiente, bandas de garage principalmente. Fue algo que retomamos por nuestras influencies musicales. No es caro, es algo accesible y fácil de distribuir, más ahora que hay gente comprando casetes como colección.

M501: Gracias por la entrevista a todos, quisiéramos que dejaran sus nombres en el registro.
PBMB: Robbie Pfeffer (voz), Chris Hudson (bajo), TJ Friga (Guitarra), David Cosme (trompeta), Ricky (Sax) y Chad Dennis (batería). 

Videos:
https://www.youtube.com/watch?v=vGsz6cUZYck
https://www.youtube.com/watch?v=pY6AzxY4XC0
Contactos:
http://playboymanbaby.bandcamp.com/
http://playboymanbaby.com/
https://www.facebook.com/ButterGravyButter/


Foto de playboymanbaby.com

jueves, 31 de marzo de 2016

Transistor: Rock con esquizofrenia

A mediados del siglo XX, cuando que el Rock abandonó el sui generis y se trasladó hacia nuevas latitudes cerebrales, comenzaron a nacer una diversidad de clasificaciones dentro del género musical. Estas se incrementaron a medida que el trastorno mental de los músicos y la tecnología permitieron embaucar al rock a su mutación. No sabremos si esos cambios derivaron de una idea premeditada o si fueron simples circunstancias geográficas.

Los críticos y melómanos siempre han determinado los distintos paradigmas del rock, pronosticando finales infelices, inconclusos y pospuestos. Incluso el mismo Kurt Cobain, un año antes de su muerte consideró al rock como un refrito, una copia de carbón oculta maquilada por la industria que había llegado a su fin. Pareciera que fue ayer, pero esa percepción continúa en la actualidad, haciendo parecer una vez más que en el presente, el rock está al borde de la extinción.

No obstante, las predicciones se ven ajenas a la realidad, el arte es morbo que se alimenta de podredumbre, de escenas marginadas donde ocurren sucesos distintos al mainstream. En el underground, la dictadura de las disqueras y los medios es abolida por la apreciación de vidrios rotos, sangre destilada, polvo y sudor de una pequeña presentación. Es así como el calvario del subterraneo sigue engendrando vida a través de su perturbación y distintas escenas continúan en labor de parto. El rock no se ha detenido, la industria tal vez.

Transistor es una banda oriunda de Sonora que retoma el trastorno del rock. Sus temas se incrustan en la desorganización de la conciencia, creando un espacio de música dentro de su espectro de cognición. La banda combina elementos del punk, Trash y Noise, pero al mismo tiempo lo adhieren a melodías atmosféricas en un delirio de ansiedad y alucinación.

Su contexto musical nos aproxima a las planicies áridas del desierto sonorense, a través de la herencia del metal regional, el hard rock primitivo y la escena punk. Donde la levedad de cada álbum de Transistor guarda un espejismo en forma de redención, un lugar en el cual los límites humanos se ven alterados tanto por la sequía como por la inundación, deleite agonizante y riesgo de insolación.

A través de distintas alineaciones, la banda se vio concretada en el año 2007 con las composiciones de Edgar Yocupicio y posteriormente con el acompañamiento taladrante de Omar Ruíz (Raztry) en las percusiones. En 2014 inauguran su lista de álbumes físicos con el E.P. Canciones para el sentido humano, un disco salido del garaje visceral y persuasivo del rock duro alternativo. A finales del mismo año estrenan su primer L.P. titulado Sobre mi cadáver (día de muertos) donde la banda dilata su estilo con 14 temas llenos de contrastes, rabia, pesadumbre y seducción.

A inicios del 2015 sacan a la luz el E.P. titulado se viene Valentín, una triada de canciones que juegan en la melancolía, la distorsión acústica y el beat pop ácido-espumoso. A mediados del mismo año graban y producen su tercer E.P. May the 4th be with you - feel,don´t think! (star wars ep) y en octubre de 2015 estrenan su cuarto disco físico (segundo LP) Stereo Letal (Día de Muertos II), los cuales se vuelcan hacia un hard rock alternativo, plagado de riffes rígidos y agresivos, armonías líricas y letras que juegan entre la levedad y la ficción de sus personajes.

Más allá de la disociación de géneros, transistor es una banda que en vivo refleja un bonus track de sus discos, donde a través de presentaciones enérgicas desgarran el temple estático de la mayoría de los grupos “virtuosos” y con estéticas pretenciosas. A partir de ello crean un espacio alterno entre la concepción de sus temas de estudio y la efervescencia cruda de sus propias composiciones. En síntesis Transistor es una banda de Rock Sonorense que infringe la conciencia de la realidad, un padecimiento del desierto, pero también un rasgo imperativo para poder soportar la supuesta extinción del rock actual y su sentimiento de exhumación.
                                                                                                                            Hugo César



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